Este fin de semana hemos podido disfrutar de un pequeño mercado medieval. Una iniciativa que se viene haciendo en muchas localidades y que pretende recupera esa tradición comercial de entonces y convertirse en una fiesta popular de reunión y convivencia entre vecinos y visitantes.
Al mercadillo han acudido numerosos puestos con artículos de alimentación, he podido ver quesos, embutidos, vinos, patés, cecinas, dulces, empanadas, garrapiñadas, tortas, miel, caramelos,...de artesanos de distintos oficios, muchos de aquí del pueblo, dedicados al trabajo con madera, hojalata, barro, jabón, cuero, cristal, ...y otros con creaciones originales de juguetes, mimbres, esmaltes o grabados.
Además de los puestos, durante estos tres días que ha durado esta feria, se han sucedido actuaciones y espectáculos de calle: cetrería, zancudos, trovadores, malabaristas, saltimbanquis, música y danza tradicional.
... En definitiva, un fin de semana muy entretenido.