Esta tarde, de vuelta a casa, un viejo, conocido y querido granado se mostraba así de bello delante de cualquiera. El pequeño árbol, de tronco retorcido y lustrosas hojas, nos enseña orgulloso su hermoso fruto. Las noches de verano ya se sienten. Hace calor y las ventanas quedan abiertas. Es el momento entonces de respirar.
Tened un agradable fin de semana, nos vemos el lunes.
Hola Gabriela, me gusta ver cómo mis seguidores van aumentando poco a poco, muchas muchas gracias, con este gesto me animas mucho, a ver si nos vemos por aquí más a menudo.
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