Es una pena que los huertos familiares, que antes eran tan frecuentes, vayan desapareciendo poco a poco ¡Con la satisfacción y provecho que nos produce su recolección!, menos mal que aquí en el pueblo aún se sigue con esta tradición y podemos encontrar estos productos fácilmente.
Os muestro el último regalo que me han hecho. A mí personalmente me hace mucha ilusión. Muchas gracias Lorena por tu generosidad.
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