martes, 30 de octubre de 2012

De ruta



El fin de semana, además de los paseos micológicos, lo hemos dedicado a disfrutar de una escapadilla  cultural. Hemos recorrido alguno de los parajes que mejor definen nuestro paisaje y arquitectura. Tierras  cubiertas de cereales y viñedos salpicadas de pueblos, ventas y posadas. Con casas típicas de blancas paredes encaladas y molinos de viento, en pequeños cerros, sobre la extensa llanura.





Y como soy de las que piensan que también se hace cultura a través de una buena mesa, no nos pudimos resistir a un delicioso ajoarriero típico de la zona.



2 comentarios:

  1. La próxima vez que quieras ver molinos... te vienes por aquí que tenemos unos cuantos. Ahhhhhhhh y la comida también es buena.

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  2. jaja, de eso no tengo duda. Muchas gracias por tu invitación y gracias también por seguir el blog, me hace mucha ilusión.

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